Blanco y Negro
Los perredistas serian magníficos futbolistas. Todo lo arreglan a patadas. Y cuando no encuentran adversario, se patean entre ellos. Ejemplos tenemos muchos.
Alejandro Encinas se agarro a patadas con Chucho Ortega . Llegaron al extremo de que el Trife tuvo que hacerle al árbitro de fútbol.
Y cuando el trife decidió que había ganado Ortega, las patadas se concentraron en el Trife y tuvieron que aceptar, con su pataleo clásico, a un presidente sustituto. Dije sus-ti-tu-to.
El mejor pateador, claro, es Andrés Manuel. Ya lo quisiera un equipo de fútbol americano en la NFL nacional lige futbol, pateo hasta las instituciones.
El peje, en su momento de gloria, fue arbitro, manejador, capitán del equipo, y dueño del balón. Ahora, el pobre, no sirve ni como aguador.
Tiempos hubo en que era más famoso que Cuauhtemoc Blanco y ahora es mas odiado que Hugo Sánchez. Los que antes lo ovacionaban ahora le chiflan.
Así es el fútbol. Así es la política. La política permite el pataleo, como protesta, pero no patear a todos siempre y al mismo tiempo.
Hubo un tiempo en que Leonel Cota fue el director técnico de la selección amarela (amarilla, en portugués) pero, para variar los sacaron a patadas.
Y por acá anda, dando patadas de ahogado. Y animando a su achichincle, Adrián Chávez, para que patee a Víctor Guluarte, aunque una que otra patada, le toque a Rosa Delia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario