Lo dijo ayer un político chihuahuense, del PRI: en la política mexicana hay muchos diablos y poco agua bendita.
A propósito, a los políticos les entró el síndrome de Moisés: a todos les da por crear su decálogo. Calderón y el Peje, por ejemplo.
Y, en cambio, a los políticos cholleros, cuando llegan al poder o compran caballos de carreras o carros de carreras.
Luis Armando Díaz empieza a formar su equipo de trabajo. Por lo pronto, ya les hablo a los 7 enanitos de Blanca Nieves.
Dicen que en la gran fiesta del Rancho San Juan, LAD pidió que el mariachi le cantara El Rey. “... era un rey de chocolate...”.
Leonel le dijo represor a Yuan Yee. Yuan Yee le dijo a Leonel mentiroso. El comal le dice a la olla.
Desde que fue detenido en Loreto, Leonel le canta a Yuan Yee: “... tú, solo tú, eres causa de todo mi llanto, de mi desencanto...”.
Al general Meza le dicen, en San Lázaro, “el hombre invisible”. Pues allá y aquí. Nadie lo puede ver. Es de humo.
Los diputados locales se envolvieron en la bandera nacional y se tiraron desde el Cerro de la Calavera, por el cambio de nombre de la Isla Cerralvo.
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