Ahora nos salen con que Luis Armando Díaz es karateca. Que es quinto Dan. Que lo entreno Miyagi, el de karate kid. Que es cinta… maño.
Dice un diario nacional que dos salvadoreños que se creían muertos, están vivos en México. Aquí tenemos uno ¿y el otro “Eslabón perdido”?
¿También querrá ser gobernador en algún estado de este pobre y sufrido país? No lo dude usted. Son ambicioncillas.
Y como dice la biblia: al César lo que es del César y a Nava lo que queda del PAN. Pobre partido. A ver si gana alguna de las 10 gubernaturas en juego.
A mi alcaldesa Rosa Delia se le conoce ahora como la generala. Se lo gano a pulso por la gran división que logro en las filas del perredismo local.
Dicen Narciso y sus funcionarios que van a donar el 10% de su salario. Primero que nos digan cuánto ganan y segundo que nos muestren el chequecito.
Porque, hasta ahora, es un gran secreto el sueldo de nuestro amado gobernador y de los no menos queridos secretarios.
Ser chaparro tiene sus ventajas. Dice Luis Coppola que oía zumbar las balas por encima de su cabeza. ¿Qué tal si ha sido un poquito más alto?
Dice la PROFEPA que gracias a la balacera se percato de que habían desmontado en el predio Las Margaritas. No les digo, pues.
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