21 abr 2009

Blanco y Negro

Para variar, las hordas perredistas del distrito federal exhibieron a su partido como lo que son: salvajes, peleoneros, agresivos y pendencieros.

Es lo que les enseño el Peje, primero y después el siempre bien recordado Leonel Cota. Y, claro, Fernández Noroña.

Y esa herencia sobrevive en Los Cabos desde que gobernó Luis Armando Díaz. La máxima expresión fue en las pasadas elecciones.

Si Narciso trajo chivas de España y traerá osos polares de Groenlandia no se extrañe que vaya a Hawaii para comerciar con palmas datileras de La Purísima.

¿Y mi general valdivia, no se “calentara” para ser gobernador otra vez? Por cierto, es el único general que no dispara ni en defensa propia.

No lo va a creer pero hay un diputado local al que se conoce como “el cartera de huevos” le dicen así porque ganó con 360 votos, que es lo que trae una caja.

Hacer banquetas es un buen negocio. Porque ha de saber que se reponen quieran o no los dueños de las casas. Es decir a chaleco. Y aléguenle al ampayer.

Pero es que los pobres funcionarios tienen que encontrar fórmulas para justificar las grandes cantidades de dinero que se invierten en los pésimos materiales.


Ya sabe que al pueblo se le cobra el ladrillo como si fuera de oro. Hay constancia en el Coromuel, en el parque Cuauhtemoc y en el Malecón. No te acabes perredé.

No hay comentarios: