22 abr 2009

Política en su Tinta


Me pareció interesante, muy interesante, un artículo de mi amigo personal Eligio Moisés Coronado sobre la inteligencia. Obviamente, de la inteligencia de los sudcalifornianos. Una inteligencia aplastada, sojuzgada y minimizada por quienes nos gobierna desde 1999. Leamos. “Podemos empezar preguntándonos por qué, en el ámbito sociopolítico sudcaliforniano jamás se habla de la inteligencia de los sudcalifornianos, de lo necesario que resulta y los beneficios que traería consigo su promoción y adecuado aprovechamiento. Es el caso reciente del llamado “Acuerdo estatal por el empleo, la estabilidad y el bienestar social”, o plan anticrisis, a cuya suscripción (el día 9 de febrero) no acudieron todos los que son, y de cuyo texto es imposible encontrar ejemplar alguno, acaso para impedir que sea objeto de análisis o de seguimiento; únicamente sus firmantes lo saben. El resto sólo conocemos del escrito los comentarios de la prensa, de los que puede colegirse que en su redacción hubo ausencia de oficio político, de imaginación, de compromiso, y sí abundante indolencia e importapoquismo. Total: ninguna previsión significativa para lo que se acerca de modo inminente. La inteligencia individual queda, así, marginada de los mecanismos que determinan la convivencia comunitaria. La inteligencia ha sido característica de la personalidad de los sudcalifornianos desde los orígenes de su paulatina integración social, por eso es hora ya, aunque les pese a quienes pretenden manipular el desenvolvimiento de este pueblo, de que se acuda a ella para reconstruir a esta entidad desde hace varios años deteriorada en sus virtudes, alejada de sus principios esenciales y relegada a términos de masa abnegada, acrítica y obediente. En este 2009 se cumplirá un decenio de que la vida estatal se halló lenta pero inexorablemente trastocada en sus valores tradicionales, a términos de vulgaridad, pésimo gusto, ausencia de respeto, facilismo y ambiciones rampantes. Se ha ido menoscabando, a más de nuestro patrimonio material, nuestro patrimonio moral, y ha sido confinada la inteligencia. Baja California Sur es construcción de siglos por el afán inteligente de quienes en sus diversas etapas la han constituido… No de sus caudillos sino de las mujeres y los hombres que han colaborado con talento en el empeño de edificar esta Sudcalifornia que tenemos ahora. No de sus gobernantes sino de la capacidad y el trabajo manual e intelectual de quienes han asumido su responsabilidad histórica en cada momento de su acontecer. No de la política sino de la inteligencia. Entonces por qué no apelar a la proverbial capacidad de los sudcalifornianos en las actuales circunstancias en que resulta imprescindible volver a los antiguos preceptos de los que habíamos vivido orgullosos. A ejercer de nuevo, en fin, el ejercicio de la inteligencia.”.

Tintero

Se dice que el gobierno municipal de Rosa Delia Cota Montaño solicitara un crédito a alguna o algunas instituciones bancarias, publicas y/o privadas, por un monto que podría ascender de una a siete decenas de millones de pesos con el propósito de tratar de "nivelar" los números rojos que actualmente tiene el Ayuntamiento de La Paz y que cada día que pasa se ponen mas candentes. Esto no tendría nada de raro. Los gobiernos solicitan créditos para solventar sus necesidades de operación como actualmente lo hace el gobierno de Calderón con el Fondo Monetario Internacional. Sin embargo, en épocas de crisis económica como la actual, los gobiernos deben de hacer, en contrapartida, "un sacrificio". En el caso de La Paz no se sabe que es lo que se esta haciendo en ese sentido. El 60% del presupuesto de egresos es para pagar los servicios personales, pero existe un 40% restante que suman de dos a tres cientos de millones que se podría hacer mucho en ahorros financieros. 1.- Posponer para mejores tiempos la construcción del edificio gemelo. 2.- Presentar el informe de gobierno en la Sala de Cabildos. 3.- Instalar controles más efectivos en la distribución de los combustibles. 4.- Cancelar una buena parte de los teléfonos celulares de funcionarios. 5.- La obra publica dejarla, por ahora, a los gobiernos Federal y Estatal, etcétera. En fin, esto es solo una sugerencia.

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