Bernabé le pego a Muchilanga. Muchilanga le dio a Bernabé. Como en la sabrosa melodía de Celia Cruz, los del PRD. No más las patadas se oyen.
Y es que el pleito Leonel-Puchas va tomando color. Y al coro se unió el inútil de Adrián Chávez.
Leonel Cota anda tan desesperado y tan pálido que si hubiera necesidad de tomarle una radiografía seria cuestión de ponerlo contra el sol.
Cuando nos gobernó Fox creímos haber visto un gobierno de caricatura. Pero lo que pasa en Baja California Sur supera toda fantasía.
Vemos un gallo Claudio, diciendo y haciendo barbaridades; vemos un Luis Armando cada día más convencido de que pueda ser gobernador. Brincos diera.
Un Leonel Cota terco en heredarnos a Rosa Delia como gobernadora. Y un Narciso terco en hacer alcalde a su hermano el Tony, en Los Cabos.
Esta es Narizlandia, la tierra de la gran nariz que nos heredo Leonel. Y que gobierna el rey de la tijera.
Algunos opinan que la gran nariz se prolonga y crece en la medida en que narciso nos miente, día tras día, en su delirio de grandeza.
Y así podríamos vivir siglos y siglos si la gente no se anima a votar en las urnas y a botar del palacio a estos magos e ilusionistas que nos gobiernan.
Y es que el pleito Leonel-Puchas va tomando color. Y al coro se unió el inútil de Adrián Chávez.
Leonel Cota anda tan desesperado y tan pálido que si hubiera necesidad de tomarle una radiografía seria cuestión de ponerlo contra el sol.
Cuando nos gobernó Fox creímos haber visto un gobierno de caricatura. Pero lo que pasa en Baja California Sur supera toda fantasía.
Vemos un gallo Claudio, diciendo y haciendo barbaridades; vemos un Luis Armando cada día más convencido de que pueda ser gobernador. Brincos diera.
Un Leonel Cota terco en heredarnos a Rosa Delia como gobernadora. Y un Narciso terco en hacer alcalde a su hermano el Tony, en Los Cabos.
Esta es Narizlandia, la tierra de la gran nariz que nos heredo Leonel. Y que gobierna el rey de la tijera.
Algunos opinan que la gran nariz se prolonga y crece en la medida en que narciso nos miente, día tras día, en su delirio de grandeza.
Y así podríamos vivir siglos y siglos si la gente no se anima a votar en las urnas y a botar del palacio a estos magos e ilusionistas que nos gobiernan.
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