De plano, nuestros políticos divierten más que los payasos del circo Do Portugal. Y los políticos son mejores trapecistas.
Para payasos el Pucha, Luis Armando Díaz, y Víctor Guluarte. Nos hacen reír con sus payasadas pero sobre todo por la seriedad con que las dicen.
El Pucha no necesita pintarse el Rostro, usar peluca de colores, ponerse una pelota en la Nariz y un traje remendado, para hacernos reír.
La gente se ríe cuando aparece un changuito montando el mini-pony más pequeño del mundo. Creen que el jinete es Luis Armando.
Y para trapecistas, tenemos los mejores del mundo. Ricardo Monreal brinco del trapecio del PRI al del PRD, dio un salto mortal y se fue al PT. Que tal.
José Fina Cota brinco, sin red protectora ni nada, del PRI al PRD del PRD al PT, y de nuevo al PRD. Se veía bonito en el trapecio
Adán Ruffo (¡lo recuerdan!) se fue del PRI al PAN. Fue alcalde por el blanqui azul. De ahí paso al PT y termino sirviendo, por unos meses, al PRD de Leonel.
Narciso Agundez, nuestro trapecista estrella, salto del PRI al PAN. Del PAN brinco al PT y término siendo gobernador del PRD.
Alfredo Porras salto del PRI al PRD, fue candidato a gobernador por el PT y termino como compañero de trapecio de Narciso. Benditos políticos mexicanos.
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