20 may 2010

Blanco & Negro


Bonito, bonito se miraba Narciso, en Culiacán, alzando la mano de Malova, vestido de azul y blanco. Bueno, panista ya era.

Menos mal que Felipito, el Sastrecillo Valiente, fue a Washington y no a Dallas. Bueno, eso creemos los mexicanos.

Andamos tan pero tan fregados de valores políticos que hasta el hijo de la Lyn May (Yuan Yee) quiere ser gobernador.

En La Rivera, los vecinos andan muy asustados. Temen que si Leonel no es alcalde de Los Cabos, quiera ser subdelegado.

Cuentan que Narciso ya no quiere queso si no salir de la ratonera. Que ya quiere irse a gastar sus modestos ahorritos.

Cuando nos gobierne Tejodes III, dicen sus detractores, el suelo sudcaliforniano se vestirá de bugambilia morada enana.


Ocurrió en tiempos en que el PRI hacia votar hasta a los muertos. Cuentan que en San José de Gracia ocurrió este hecho.

Don Nemesio Murillo cruzaba tranquilamente las boletas electorales. Y que lleno una boleta con el nombre de un compadre.


“Tu ya votaste, compadre” le dijo. “¿Y por quién vote? Ah, eso no te lo puedo decir. Acuérdate que el voto es secreto.

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