9 mar 2010

Blanco & Negro


Narciso nos puede mandar a Karim, a Sadam y hasta al propio Alí Baba y sus 40 ladrones, y la justicia no mejorara.

Y mire usted lo que son las cosas: el gobernador le “corto las alas” al procurador y, al mismo tiempo “lo mando a volar”.

¿Y por qué no nombro Narciso, de una vez a Juanito el de Iztapalapa, ya que no pudo ser delegado en el Distrito Federal?

¿Y si a Calderón se le ocurre, ahora que anda de manita sudada con el PRD, mandar al general Meza como candidato a gobernador?

Estaban César Uzcanga, Narciso y Luis Armando, sesteando debajo de un otatabe. Uzcanga dijo: amigos, algún día todo esto será suyo.

Y Luis Armando pregunto, con esa inocencia que le da su calidad de indígena: ¿Y la gubernatura apá?


Narciso debía darles el año sabático a todos los funcionarios que no sirven para nada. Pero no, se quedaría solo.

Si ya desmantelo el Congreso, si ya hizo garras al Tribunal, pues que de una vez se declare emperador de las Californias.

Así, el pueblo gastaría menos en sueldos de esa bola de extranjeros que ya tienen arto al pueblo sudcaliforniano. He dicho.

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