Robaron en SAPA: lo del agua, al agua. Y como dice el viejo refrán, ladrón que roba a ladrón, tiene 100 años de perdón.
Dice un lector que el lema de LAD no debe ser “hace Díaz que la estamos Armando” sino “hace años que estamos robando”.
Tamaños ojos pelaron el PT (Paleros de Todos) y Convergencia (más bien Convalecencia), por el porcentaje para los partidos menores.
Cuentan que un fantasma, vestido de blanco, saca “archivos muertos”, del Tribunal. ¿Ya se nos va Lupita Elizondo?
Por cierto que, dicen abogados litigantes, que el prestigio del Tribunal no anda por los suelos, sino en el subsuelo, como petróleo.
Como comadres de lavadero, Omar Castro y Esteban (didote) se desgreñaron, se dijeron hasta lo que no, se rompieron las medias y mírelos ahora.
Tanto el gobernador, como el mitómano del contralor y el Omar Castro, le dieron una palada a su tumba y le pusieron un clavo a su ataúd.
Dicen que Luis Armando Díaz anda tan desesperado que si, va a una boda, quiere ser el novio. Y si va a un velorio, quiere ser el muerto.
Si Leonel es el llanero solitario, Esteban Ojeda es Toro (su amigo indio) y si el Tony Manríquez es Kalimán, David de La Paz es el pequeño Solín.
Dice un lector que el lema de LAD no debe ser “hace Díaz que la estamos Armando” sino “hace años que estamos robando”.
Tamaños ojos pelaron el PT (Paleros de Todos) y Convergencia (más bien Convalecencia), por el porcentaje para los partidos menores.
Cuentan que un fantasma, vestido de blanco, saca “archivos muertos”, del Tribunal. ¿Ya se nos va Lupita Elizondo?
Por cierto que, dicen abogados litigantes, que el prestigio del Tribunal no anda por los suelos, sino en el subsuelo, como petróleo.
Como comadres de lavadero, Omar Castro y Esteban (didote) se desgreñaron, se dijeron hasta lo que no, se rompieron las medias y mírelos ahora.
Tanto el gobernador, como el mitómano del contralor y el Omar Castro, le dieron una palada a su tumba y le pusieron un clavo a su ataúd.
Dicen que Luis Armando Díaz anda tan desesperado que si, va a una boda, quiere ser el novio. Y si va a un velorio, quiere ser el muerto.
Si Leonel es el llanero solitario, Esteban Ojeda es Toro (su amigo indio) y si el Tony Manríquez es Kalimán, David de La Paz es el pequeño Solín.
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