17 nov 2009

Blanco & Negro



Me lo aclararon ayer: Narciso no es narizón. No es que tenga muy grande la nariz, lo que pasa es que tiene la carita muy atrás.

Ayer, sin avisar a nadie, por sus pistolas, el gobierno federal le cambio el nombre a la Isla Cerralvo por el de Jacques Cousteau.

Al rato nos van a salir con que El Mogote llevara el nombre del ilustre ex gobernador Leonel Cota o el de Luis Cano.

A lo mejor se les ocurre que el Cerro de la Calavera se llame como nuestra amada alcaldesa Osa Delia Cota Montaño.

Y ya entrado en gastos, el Cerro Atravesado deberá llevar el ilustre nombre de Luis Armando Díaz, mejor conocido como el invasor.

No nos extrañe que el Coromuel se llame pronto, sin aviso previo, como nuestro amado gobernador Narizio Agúndez.

Ayer se propuso en el Congreso que se cree la medalla “Pablo L. Martínez”. Está bien, mientras no se le ocurra crear la medalla Conono.

Se veía curiosito ayer, en Tribuna, el “quequito” Urrutia, el diputado Andrés Córdova, legislador comundeño.

A propósito de diputados, los electores de Armando Cota Núñez se lamentan por su falta de palabra. ¿Y así quiere ser alcalde?

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