El gobernador Narciso Agúndez tendrá que amarrar a su perro de presa, el Pucha, cuando vaya a entrevistar al presidente Felipe Calderón.
Es tan deficiente el servicio de Salud, que cuando se presenta un enfermo, primero le preguntan si tiene influencias en el cielo para curarle la influenza.
No sé porqué eso de la expo-China, a la que asistió el gober, me suena a un vulgar cuento chino. Porque NAM es experto en cuentos.
Ayer decía en la Orden del Día del Congreso que el ejecutivo pedía permiso para vender unos terrenos “de su propiedad”.
Pero no, los terrenos no eran de su propiedad, sino del gobierno. Iluso de mí, ¿cuándo han vendido algo suyo?
A propósito de cuentos, como en la historia de los perritos, a Narciso, de los tres diputados que tenia, ya nomas le queda uno.
El Pucha agarro rumbo con la gente de Martin Esparza, del Sindicato Mexicano de Electricistas y, se perdió.
El general Meza, ni fu, ni fa. Y como de política no sabe nada, pues hagan de cuenta que tampoco existen. Y nomas le queda Marcos.
Y a propósito del tema, los calcetines rotos son como las tranzas de ciertos políticos; nadie los ve, pero todos saben que están ahí.
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