22 dic 2008

Blanco y Negro

El gobierno estatal promueve premios y reconocimientos entre sus dependencias. La Contraloría, por ejemplo, premió a la APIS, como ejemplo de innovación gubernamental.

Contraloría debería premiar a Jorge Vale Sánchez, de Desarrollo, con la presea a la honradez. A Guillermo Jáuregui Moreno, de SEPUI, por calidad en la obra.

A Rosa Delia el premio de excelencia tarifaría. Y a los abnegados y sufridos diputados como los defensores del pueblo. Al Toño Alcántar el de limpieza administrativa.

A Juventino Cota el premio Henry Kissinger, por negociador. A Josefina Cota por su habilidad en el trapecio.

A Ricardo Gerardo Higuera y Lionel Cota por el reencuentro del siglo. (Cínicos que son). Al propio Contralor, debían premiar por su valor en la investigación, el fiscal de acero inoxidable (lastima que nadie le haga caso).

A Luis Cano, Desarrollador Del Mogote, la medalla al merito urbanístico, la medalla como constructor de los arenales de oro.

Luis Armando Díaz no le pedirá nada a Santa Clos. Prefiere esperarse al 6 de enero. Le pedirá un regalo a su pariente, el negrito Baltazar.

Narciso, por su parte, no dirigió este año su cartita al viejito gordito de barbas blancas, sino a Gepeto, el creador del muñequito Narizón, Pinocho.

Leonel Cota le pedirá al gordo bonachón vestido de rojo una silla para bebé: pero en la Cámara de Diputados, para levantar a gusto el dedo.

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